Las plantas invasoras son especies vegetales que, al introducirse en un nuevo ecosistema, tienen la capacidad de desplazar a la flora nativa y alterar los equilibrios ecológicos.
Estas especies, a menudo originarias de otras regiones, pueden adaptarse rápidamente a diferentes entornos, compitiendo por recursos como el agua, el suelo y la luz. Su proliferación no solo afecta la biodiversidad local, sino también las actividades humanas, como la agricultura y la conservación de paisajes. En muchos casos, su presencia está vinculada a actividades humanas,